Pues no, la Naturaleza ha querido brindarnos con el siempre esperado espectáculo de la nieve.
Esta primera nevada ha cubierto gran parte de las Cañadas de El Teide pero parece que va a durar poco. Es por ello que me enfundé el traje de ciclista y me dispuse a subir hasta Izaña.
Mucho frío y niebla me acompañaron durante la subida, hasta que a la altura de la famosa curva de la Tarta, el sol se dejó ver y permitió maravillarme con las vistas que ofrecían el Teide y sus alrededores teñidos de un blanco brillante.
Una experiencia que comparto contigo por medio de estas fotos.
Que la disfrutes.